Un señor sale por la mañana de su casa y justo a la izquierda de su portal habían hecho un gran agujero en el suelo. Por supuesto no lo ve y se cae dentro. Se pasa todo el día pensando en él para acordarse por la mañana siguiente. A pesar de eso, en el momento adecuado, no se acuerda y se vuelve a caer. Todo el día pensando otra vez y se le ocurre una solución: ya está, cojo carrerilla y lo salto. No salta lo suficiente y se vuelve a caer. Así varias veces. Por fin, un día lo salta y estando en el otro borde se pone a dar saltos de alegría, pierde el equilibrio, retrocede con un pie y se vuelve a caer. También lo intentó varias veces.
Los días siguientes decide que es MÁS FÁCIL CAMINAR POR LA ACERA DE ENFRENTE.
CUIDADO! Cuándo los círculos viciosos no son tan chistosos: ACUDIR AL PSICÓLOGO.